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El objetivo es el gran olvidado de Agile

Trabajar por objetivos es una de las bases de Agile y de implementaciones como Scrum. Quitar los objetivos de la ecuación es lo mismo que prescindir del motor que tira de la innovación. Y eso tiene consecuencias.

Uno de los mayores problemas que tienen las organizaciones hoy en día que implantan Scrum es que muchas eliminan el gran potencial que tiene trabajar por objetivos, y en su lugar lo que se hace es trabajar por selección de tickets, donde los equipos simplemente se limitan a entregar X tareas por sprint.

Pero lo cierto es que todo el trabajo que los equipos realizan en Scrum nace de los objetivos (Product Goal, a nivel de producto; Sprint Goal, a nivel de sprint). Si quitamos los objetivos de la ecuación, Scrum se deshace como un azucarillo en un vaso de agua.

El que todas las personas trabajen por objetivos claros, exigentes y motivantes es tan importante que incluso un gigante de tanto éxito como Google basa su estrategia corporativa en los famosos OKRs, donde la “O” (objetivo) es lo realmente importante y los “KR” (resultados clave) son el camino para conseguir el Objetivo.

Por lo tanto, es absolutamente fundamental que las personas tengan un propósito, que sepan que su trabajo se hace para alcanzar objetivos. Si la gente no sabe por qué está haciendo algo lo único que podrá hacer es ejecutar órdenes. Pero ejecutar órdenes es un asesino silencioso que mata a la creatividad. Y sin creatividad, no hay innovación. Y sin innovación, los días de una empresa en el mundo actual… tiene los días contados.

Y es que cuando tenemos una cultura de dar órdenes, el trabajo sólo se produce mientras damos órdenes.

En el momento en que las órdenes no vienen, la gente espera con los brazos cruzados a que lleguen. Pero cuando ponemos retos exigentes y motivantes en forma de objetivos ambiciosos, las personas pasamos de “tengo que hacer A, B, C” a “¿cómo puedo hacer para conseguir el objetivo X?”.

La mejor forma de ser competitivos es innovando, creando nuevas formas de resolver nuevos problemas de un cliente cada vez más complejo que está siendo bombardeado constantemente con nuevos productos y opciones.

Y esto es algo que tiene que formar parte de nuestro ADN. Es decir, si yo cojo a 5 cocineros y les digo “quiero que me hagáis una tortilla”… cada persona tendrá su forma de hacer una tortilla, y habrá cierta innovación en esa forma de hacerlo, pero el objetivo que hemos puesto, que es más una ejecución que un objetivo, “encorseta” demasiado al cocinero. Ahora bien, si yo doy un objetivo estilo “en 30 minutos entrará un cliente por la puerta con mucha hambre. El cliente es europeo y le gusta la comida europea. Haced lo que queráis para que el cliente esté satisfecho”… lo que tendremos casi con toda seguridad serán 5 platos diferentes en el que cada uno de ellos pueden potencialmente cumplir el objetivo.

La libertad al dar un objetivo más amplio y seductor nos ha llevado a fomentar que haya mucha más creatividad y mucha más innovación.

Y es que la herramienta más importante que tienen las organizaciones para ser más valiosas son las cabezas de sus empleados. Y nuestro cerebro crea soluciones sólo si sabe qué reto tiene que solucionar. Si sólo nos centramos en que las personas ejecuten, ejecutarán. Pero estaremos pagando nóminas por tener encendido nuestro activo más valioso, es decir, los cerebros de los empleados, pero no estaremos usando nuestro activo más valioso al máximo rendimiento.

Cualquier economista te diría que si tienes un activo que consume dinero por estar encendido (es decir, viene a trabajar) y solo lo aprovechas al 10 o 20% (o lo que es lo mismo, sólo está ejecutando órdenes) con alta demanda de producción, estás potencialmente perdiendo dinero.

En una organización Agile, todos los empleados tienen objetivos realmente motivantes. Saben por qué están haciendo su trabajo, cómo contribuye su trabajo a un beneficio estratégico importante para la organización y tienen suficiente libertad para decidir cómo alcanzar los objetivos y plantear nuevas formas de conseguir los objetivos.

Un ejemplo de Amazon

Las sugerencias de añadir más productos relacionados cuando estás empezando el proceso de compra en Amazon, fue una idea que se le ocurrió a un desarrollador inspirada en los productos que hay en los supermercados al lado de la caja de pago. Curiosamente, cuando el desarrollador planteó esta idea a la dirección, no fue bien recibida porque pensaban que el cliente se iba a distraer y podía ocasionar la pérdida de la venta.

Pero Amazon permite un debate abierto y que los empleados puedan experimentar en formas nuevas de conseguir objetivos, así que el desarrollador hizo una prueba, expuso los resultados a la Dirección y… Bueno, si eres comprador de Amazon sabrás cómo acaba la historia.

¿Quieres saber si tu equipo es realmente Agile? Pregunta a cada desarrollador por separado cuál es el objetivo que quieres alcanzar en este sprint y cómo contribuye a incrementar el valor del producto y del cliente. Si todas las respuestas son iguales, vas por buen camino.

Del mismo modo, ¿quieres saber si tu organización es realmente Agile? Coge a varias personas que están en distintas partes de la organización y pídeles que te expliquen cuáles son los objetivos estratégicos actuales de la organización y cómo su trabajo está contribuyendo en esa dirección. Si lo tienen claro, tu organización tiene mucho camino andado hacia la Agilidad.

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